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127 ~ sellada con)a sangre del Salvador del mundo sobte el Gólgota; pero lo que nos Sus contras– admira en este. cuadro, d~spU:és .de lá tes. · .concepción altamente sen'.::illa y original, es la armonía que reina en todo él. Yu hemos observado que MuriHó poseyó el arte de pasar repentinamente del· color clnro al oscuro; y esta manera sorpreu- dente de disponer lo~ contrastes, sin causar n_unca mal efecto, cautivando siempre la jmaginación y avasallando los sentidos, resalta extraordinariamente en el presente lienzo. Si no temieramos ser demasiado poeta, diríamos aquí que Murillo envolvió su creación en raudafes de armonía. Los ángeles que vuelan en el ?Spacio son extremadamente graciosos y están pintados coí1 sin igual maestría y soltur~. ~ Detrás del santo se vislum- bra la silueta de un árbol en un paisaje lejano, y delante de el lai, alforjas con un pan, y uq.aplantade macetas envuel- ta entre las sombras. El último alt.a.r de esta nave, y primero de la derecha entrando por la puerta de la Iglesia, .tenía 'el lie.nzo que representa á Santo Tomás de Villanu~va, dando li– mosna. á los pobres. Dicen que Murillo llamaba. á éste su cuadro, lo cual afiad e Ceán Bermúdez, que es muy creihle, por el cuidado y esmero con que eAtá pinta– do. Entre la variedad de figuras de am– bos sexos y edades que contiene, es muy udmirable la del pobre que está arrodi- ~lt:.r de Stq. 11 d . é , 'b' d l 'lomásdeV1- a O en primer t rmrno, reCl ien. O a llanneva. limosna del ¡:¡anto, por el buen dibujo y