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_;_ 1i9 - Murillo la primera vez qq.e estuvo alo- jado en el conv¡3nto con sus oficiales Altares. de las por los afios 1665 y 16G6, segúu proba naves btera-. 1 , l . . l . . les. mos en e . capitu o anterior; y os que 'describimos á continuación pertenecen · á la segunda época allí menéionada, que comenzó á fines de 1668 y duró to do el afio siguiente. Hecha esta adver-· tencia, pasemos á describir )os altares de las naveE\ laterales, teniendo presen- tEJ que, como dijimos al empezar este , capítulo, en aquel tiempo no había más que cuatro altares en cada una. En el primero, junto al presbiterio, por el lado del evangelio, ~staba el de la Anunciación de Nuestra Sefiora, cuadro que describe Sev~lla Mariana (2), con es– tas palabi'as: Un rompimiento de gloria luminoso, cercado de nubes, ilumina la estancia. El mensajero cel~stial con la mano derecha levantada ha_cia lo alto, y en la izquierda un · ramo de azu– cenas, . anuncia á María que será. ~a.– dre del Hijo de Dios hecho hombre, y la Virgen, arrodillada, suspende la lectura en que se ocupaba entonces, manifes– tando la sorpresa que le causa la emba– jada del ángel. El dibujo es correcto, y el colorido fresco y vigoroso; el arcangel parece bajado del cielo, por su hermosu ra, decoro y elegancia; al paso que se se– fíalan en el.rostro y figura de la Virgen la gracia, la modestia y la humildad. En- f;~~~ci:~i 6 ;~ tre resplandores divinos y coros de án. (2) Afio II pág. 296.