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111 _, moso jubileo de la Porciúncula. Dicho cuadro lo describe Sevilla Mariana, (año su descrip. II, pág. 374), eón las siguientes pala- 1cióu. bras: « Arrodillado el Santo Fundador de la Religión Seráfica, ante las gradas del altar, levanta respetuosa y dulcemon- te la cabeza hacia la visión milagrosa. Al lado de Jesús sé deja ver su Santísim~ Madre, ambos rodeados de trasparentes nubes, en fondo· lUminoso, cercados de multitud de ángeles, que esparcen en 11:\ sagráda estancia, trocada.s en fragantes rosas, 'las espinas de la zarza sobre que se había arrojado el Santo, para sofocar los estímulos de la concupiscencia. La Virgen está en actitud. de recomendar á su Diviuo Hijo, la súplica que le dirije su amante Siervo en (a vor de lo.s peca- dores; y el Sefíor en ademán expresivo de. dispensarle la gracia que solicita, por la intercesión de su querida· Mad)'e. In- vención sublime es la que .se ádmira en. Pste herr,noso lienzo, compo~ición sabia é ingeniosa, dibujo natural y correcto, contornos elegantes que dán vida y mo- vi,miento á la:s figuras, colorido excelen • te, agradable y lleno de vigor, y una armonía de efecto verdadera·mente se- ductora. Las figuras de Jesús y María tienen una gracia sencilla, amable é ino- cente, que mueve el corazón.» Palomino en Las vidas de los Pintores de,, dice de este cuadro que «verdade- ramente parece estar allí la gloria, por- Su mérito. ·que está Jesucristo con la Cruz, mirando á su Madre Santísima á la mano de.re-