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108 - caba con aquél por dos· puertecitas late– Cuadros que rales que había en los estremos ó rinco- para ella.pin- nes de dicho muro . tó Mur1llo, . . ·•· · . Pint6 Murillo para el altar mayor diez magníficos cuadros; doR muy hermosos para los testeros laterales del presbite– rio; otho grandes para los ocho altares que había entonces en las naves latera– les; una Purísima que estaba en el coro, frente á la presidencia del mismo; mu– chos crucifijos en cruces planas <lema– dera para los altares de la Iglesia y pa– ra las celdas de algunos religiosos; y el . re'trato del P. Francisco de Jerez, men– cionado en el capítulo antecedente: total,· 22 cuadros soberbios;y casi otros tantos érucifijos. Cean Bermúdez en su Carta sobre el estilo y gusto en la Pintura, co– metió algún yerro, omisión ó innacti– tud, ul describir los cuadros de Murillo que había en dicho templo y hasta incu– rre eu contradición al enumerar los del altar mayor, del cual dice así. Diez (cua– dros) forman el retablo mayor, etc., pero luego, al_ describirlos y contarlos, resul– tan de su cuenta solamente nueve, por haber confundido lastimosamente á la Virgen de Belén, qu<J solía estar delante del mimifestado, con la Virgen de la Ser· villeta que estaba sobre el mismo, y de– bajo del gran cuadro de la Porciúncula, confundiendo ambas imágenes y hacien· do de las dos una sola. En el mismo ye· rro incurrió Ponz en su Viaje de Espaiia, Yerro de Cean y después de éstos, todos los biógrafos Bermúdez, . de Murillo, que siguieron á estos dos

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