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-- 98 - ~-S:--S:--S:-&,S.<&.-S:--6~&:S.-'-&.-S:-----9 ron la constancia de consolar á Murillo, Amigos de en aquella desgracia de familia, uno' fué Murillo. el conocido y celebrado Dün Miguel de Mañara, cuya conversión atribuyen al- .gunos al buen ejemplo del pintor: otro, hasta hoy desconocido é ignorado, fué un lego Capuchino, llamado Fr. Andrés de Sevilla, de quien hablaremos largo en el párrafo siguiente. ,,, , Este hermano, cuya biografía pondre– mos entre los sucesos del año 1686 en que murió, fué de una familia distinguida de Sevilla, emparentada con buena parte d.e . su nobleza. Contrajo en su oficio de li– mosnero estrecha amistad con Murillo; mirábalo como á un genio superior, y fué tan ciego admirador de él y de sus obras, que su ajmiracíón pasaba los lí– mites de tal, para convertirse en asombro y veneración. Por esta causn visitaba fre– cuentemente al insigne maestro en su casa ó donde estaba pintando, y á vista do sus lienzos, que le parecían á Fr. An– drés bajados del cielo, concibió la atrevi– dísima idea de llevará Murillo al con– vento de Capuchinos, para que enrique– ciera su Igle,úa con aquelias maravillas del arte . . Favorecía los planes de Fr. Andrés el estado de ánimo en qul se hallaba el gran maestro. Hombre este de exquisita sensibilidad y. de sentimientos profun– dos, viendo á sus hijos sin madre y á su F . A d . hogar sin la mujer que lo gobernaba, lo d~-~~vui~."es embellecía y lo vivificaba, cayó en aba– timientos de pena, que ponían en peligro