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CAPfrrULO I De la ousteridad, pertecci(m v santidad con que vivían los religiosos de lo Provincio mpezó sn. vida· regular y canónica dei modo que se diJ·o en el capítulo Vidaüapuchi- na. anterior la Provincia Capuchina de An- dalucia1 la cual floreció desde el princi– pio en la más pura observancia de la re– gla sentfica y en la práctica de todas las virtudES religiosas. Fueron tantos les varone3 insignes en santidad que en ella brillaren con el esplendor de heróicas virtudes, que justamente le granjearon á nuestra Provincia el título' de Provin– cia Saiita, con que entre todas las de la 01 den, era:; por antonomasia, conocida, pudiendo el la por sí sola confirmar lo que escribió Benito Cinnbesson, menor conventual, por los afí.os de Hi28, en su libro qne tituló, Vera et dilucida expli– catio presentís statiis totius Seraphica Fratrum Minorum Religionis, etc.. en el cual, hablando de nuestra reforma Ca– puchina dice, (traducido formalmente á nuestrc idioma) lo que sigue. «No ha ha– bido er. el orden seráfico reforma algu• na que más tiempo haya perseverado Superfección. en la pnra y rígida observancia de la se- ráfica Begla, que la Capuchina; pues uo