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- 75- más que todos. hablan los que son néc,os. (Id. 1151.) Que este amor á la soledad y retiro, que teuía el Pudre Fray Antonio, fuese . , agrl:\dable á Dios nadie lo puede dudar Sabrdurrn de! < , , P. Antonio pue:'.l su retiro era para gozar más de su Magesta<l .Y entregarse más desembara- zado á la contemplación de sus. perfec- ciones divinas. Así lo <lió á entender el Sefior, disponiendo que en aquel retiro que observaba le hicieseu compafíía las criaturas irracionales. Cuando en su re- tiro J soledad se paseaba, se veníau á él loe r-cajaritos; y no sólo desde las copas y ramas de los árboles veciuos lo diver- tían ::on su música, sino que también algmias veces se le llegaban sin recelar- se de él, antes sí, le seguían sus paseos y lo acornpa:!'íaban á cualquier parte que iba. Los jilgueros se venían á él, y muchas veces lo vieron algunos religio- sos halagará los polluelos de estas ave- citas, estando los padres en los nidos sin huir del contacto de su mano, ni los padres, ni !os hijos. Los gorriones, que son aves tan recelosas y avispadas, no , sólo lo buscaban en la huerta, sino en la celda tambiifo, recibiendo de sus ma- nos muchas veces la comida, con admi- , ., . , d d l l Í Su amor ,, ramon e. to os os que o ve an; y mu- Dios. chas ¡;eces se metían con él en las capi- llas de la huerta mientras hacía oración; dando con esto á entender la magestad de Dics, cuán agradable era á sus divi-_ nos ojos aquella soledad y retiro que de los hombres tenía su siervo; pues dispo-

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