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CAPITULO X Viene el Padre rrav Anlünio á la Andatuda; ejercita grandes virtudes v se distingue por su amor á la soledad avid dice en el Salmo 54, que, hu– yendo, se alejó y moró en la sole– dad; co11 el mismo espíritu que el pro– feta, pudo decir con verdad las mismas palabras el Padre Fray Antonio, ópor de– cir mejor; ejecutó con la obra lo que ta– les palabras significan. Ansiaba como hemos dicho por el retiro, y pareciéndo– le que éste lo conseguiría mejor en la provincia de Andalucía, se lo pidió con Su porte en humildad á sus prelados V de ellos COll el convento. J agrado lo consiguió. En la Andalucía vivió no en un solitario desierto, sino con Comunidades religiosas; más para él lo mismo era la Comunidad religiosa, que el desierto solitario, porque eu ella vi– vía como ei en un páramo habitara. Es– tuvo algunos años en los conventos de Granada y Sevilla y nunca salió por su voluntad á la callo, si::io solo cuando la obedieucia so lo mandaba; y eutouces, compelido de la obediencia, salía, y se portaba con tal recogimiento con los se-