BCCCAP00000000000000000000607

- 66 - vir que para mandar. En ambos con– Ejemplo que ven tos dió rarísimos ejemplos de sólidas dió. virtudes, ejercitándose en continua ora– ción: ásperos ayunos y mortificaciones, y aquella rectitud de observancia regu– lar que había tenido desde su principio. Su retiro y abstracción de todo comer– cio con criaturas era tan raro, que para él lo mismo era vivir en Madrid que en la Tebaida; y mornba como en las sole dades de Egipto, en ol Babel confum de la Corte. N nnca le vieron en fiesta alguna fuera del convento, aunque fue– se la más ·devota y sagrada. Y en lns 4ue á Dios y á sus snntos se celebraban en el convento, se portaba con recato tan grande, que se recelaba, no solo de ver á otros, sino también de que otros lo viesen; y para consegnil' uno y otro buscaba siempre los rincones, ocultán– dose en ellos para ser solo visto de Dio~, y para ver él á Dios más desembarnza– damente, libl'f'l de distracciones huma– nas. (Id.1142). De ese amor al retiro que siempre tu– vo este siervo de Dios, le nació también el retiro de sus parientes. No dista Sego– via muchas leguas de Madrid, y no obstante esto nunca pudieron conseguir sus parientes el que fuese á visitarlos y á tener con ellos y en sn ~ casas algún poco de recreación. Decía el varón vir- su amoral re- tuoso, que el que quería ser religioso ile tiro. veras y con perfección, había de huir de correspondencias y comunieaciones aun con sus parientes m.ás cercanos, y que

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz