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CAPÍTULO IX Vidc1 del v. D. Antonio de Sq¡ovia ( 1643.) o muy lejos de la antigua ó ilustre su nacimiento ciudad de Segovia está sitnado un pueblo muy pequeño llamado Zamarra mala; en él tenían propiedades los padn,s de nuestro V., que eran vecinos de dicha ciudad, y á ese pueblo se habían retira– do para cuidar de su fortuna. Allí nació nuestro Fn1y AJJtonio, y allí se crió los primeros años de su adolescencia de– dicado al e:1tudío y á la piedad, semi– lla que desclc luego produjeron en él sa– zonados frutos de virtudes. En esta ocu– pación se hallaba el devotísimo mance– bo, cuando á un déudo suyo lo hicieron inquisidor de Sevilla. Este se lo llevó consigo, y en aquella ciudad le asistió, sirviéndole de paje, hasta que después, mudado el pariente cnn mayor puesto á Barcelona, foé también nuesti•o Fray Antonio en su compaña. En gran peligro se vió la virtud de nuestro joven eu ambas ciudades, pnr– que era muy galán, bien dispuesto, de aspecto agradable y de mucha::; habili– dades; tocaba varios instrumentos, can- su niñez. taba con gran dulzura, danzaba con perfección y tenía otras mm·has pren– dad c¡uo lo hacían agradable y bicu visto. Por esto no había fiesta ó sarao donde