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- 61 - el pleito c1ue se sostenía con los Recole- tos y Victorios por la fundación de Mo- P. Manuel de tri l. Granada. En este afio de 1642 que vamos his– torialldo, no hemos hallado más cosas dignas de notarse, sino es la muerte de cuatro religiosos que fallecieron. á sa– ber: el P. Gregorio de Antequera, en el convento de Jaén; el hermano Fr. Luís de Ronda, en el de Málaga; el corista Fr. Diego de Sevilla, en el de Córdoba, y el V. P. Fr. José de Guadix, en el de Alcalá-Real. Este último lo cuenta el necrologio entre los Venerables de la Provincia, es decir, entre los varones insignes que resplandecieron por sus heróicas virtudes. La vida de este sier– vo de Dios suponemos que estaría escri– ta en la crónica del convento de Alcalá– Real. donde falleció, y como esa no ha llegado hasta nosotros, ignoramos sus proezas, y solo sabemos que oéupó un lugar muy distinguido entre los más santos religiosos de su tiempo. Otros que murieron al afio siguiente y no brilla– ron tanto por sus virtudes, tienen escri- tas sus vidas, que son por cierto admi- P. Manuel de ra bles, como se verá por la que sigue, Guadix, compendiada de la que escribió el V. P. Isidoro de Sevilla.