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- 369 - por una parte el derecho natural lo obli- Sus trabajos, g::iba á la asistencia de su afügida madre; por otra parte -:;onsideraha que por la pro- fesión que había hecho debía acudir al servicio de la rcligil>ll y á los actos de la Comunidad, vi viendo retirado del tráfico del muudo; y de aquí le resulta- bau trabajos y desc,ms:1elos interiores que sobradamente afligían su· alma, sin hallar alivio más que en la oradón, en la cual pedía á Dios lo remediase, poniendo por inter:cesora á María Santísima Seño- ra Nuestra. En el aí1o de 1661, un día de la octava de la Epifanía, después de maitines, ha– biendo encomrndado á Dios sus euida– doa, quedóse dormido, pareciéndole en• tre las sombras del suefio que los religio– sos se juntaban en capítulo, al cual con– currían ~l P. Gaspar de Sevilla y el P, Fulgenc10 de Granada, que ya eran di– funtos; y le decían que de allí al capítulo había él de morir. Despertó dudando si seria el P. Gaspar ó el P. Fulgencioquién le había hablado, y temiendo no fuese ilusión de su fantasía, se encomendó á Dios y ofreció algunas deprecaciones por los dos PP. difuntos, pidiéndole á Dios no permitiese que fnera engañado. Volvióse segunda vez á dormir, y el l', Fulgencio segunda vez ü aparecerlo, con– solándole en los trBbajos qne había pa– decido, y dándole certeza de que presto se hallaría desahogado, librándole Dios Sus sueño~ de sus penalidades, y corno significándo- le que eso seria más bien castigo que fa- 47