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- 35G - suerte, que e! P. Provincial, que lo era Tiempo que á la sazón Fr. José de Campos trató de estuvieron. sacarlos de allí y trüerlos á la provincia, á lo cual se opuso el rey, mandando formalmente que permanecieran en los presidios hasta que él dispusiera otra cosa. (P. Isid. 660). En virtnd de ese mandato permaue– cieron allí los Capuchinos algunos 2-ños más, hasta que en 1G81, siendo Provin• cifll el P. Cristóbal de Malaga, consiguió del Sr. Obispo malacitano que nombrara sacerdotes castrenses para sustituir á los que teníamos en Melilla y en el Pe– fión de la Goméra, de lo que avisado el rey, cousintió 01~ que los religiosos se vi– nier1-1n de aquellas plazas, donde habfan estado evangelizaudo á los moros fron– terizos y edificando á los cristianos con el ejemplo de sus virtudes. 'l'erminemos este capítulo bacienclo rnención de los religiosos que fallecie– ron en 1660, á saber: Fr. Miguel de Vé– lez en Ecija; Fr. Rafael de Vélez en Ante4uera, y el P. Esteban de Granada en el Puerto de Santa María, o.onde ha– bía ido á predicar. En este mismo año Jlp,gó á la provincia la noticia de haber Difuntos. muerto en las misiones de Carneas el P. Rodrigo de Granada, de quien hablare– mos en el mipítnlo XVI del libro de las Misiones.

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