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- 340 - 6~-S:-'5~.:S-:.S:-S:-,S:-.:S-'-..S,~-S:-.:..S:-~~ concediernn el patronato del mismo, con La toma {¡,sulas condiciones que proponía; las que cargo el señor vistas por el Definitorio foeron nproba- Borrego. 3 1 :l N . b d ¡· l oas en .º e 0 ov1em re e e 1c 10 año, y el mi.nno día se comisiouó á N. P. Ber– nardino do Gr:rnada parn que nombra– se Síndico, el cual otorgase en nombro de Su Snntidad y de la, Provincia la es– critura de Patronato con el licenciado Borrego. Este, siendo de 18 años y hallándose estudiando en ~evilla, solicitó ser Capu– chino, y á fnerzus de ruegos consiguió del P. Provincial la licencia obedencial, para pasar á nuestro convento de Sevi- 1la á que allí le vistiesen el hábito y tu viera en él su noviciado. Llegó al dicho convento: y presentando la obediencia eomo S:'S costumbre al P. Guardián, éste c(lnvocó á los eugctos más dignos de su Cornuuidad pura examinarlo y recibirlo. Mucho .se alegrnrou los Padres con el examen del pretendiente, pues en su buen aspedP, modestia y compostura ldau la pureza de su alma y lo cierto de su vocación; pero, cuando todos los 11ue á este acto habían concurrido lo aprobaron, el V. P. Juan Francisco de Antequera, varón sefíaludo en virtud y letras, mirando con atención al preten diente, habló co11 el P. Guardián y le dijo: Padre Guardiáu, este joven lo tiene Dios e!t·gido para que en el Riglo obre co- Quion fu,, sas de su mayor ngl'ado, que btl ve?: ue- éste. 1 r enin 0n p1ovecho nuestro. Voces fueron éstas qne así en los PP.

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