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- 327 - mismo tiempo, que á sus discípulos leía y explicaba para ilustrar sus entendi- su cienci11,. mientos, procuraba también inflamar sus voluntades con fervorosas y frecuentes pláticas, en que les daba doctrinas uti- lísimas para aficionarlos al estudio de la verdadera sabiduría, cuyo principio es el temor santo de Dios; y así consiguió enriquecer la Provincia de sujetos tan doctos como san tos. Concluída esta tarea, lo ocupó la Pro– vincia en las Guardianíi:is de los conven– tos del Castillo de Locubín, de el de Ca– bra, y de el de Andújar, donde fué jun– tamente Maestro de Novicios, y tuvo por su ayudante en la educación de los No– vicios á, Ntro. V. P. Fr. Fulgencio de Granada, como en la vida de este ejem• plarisit:.10 héroe dejamos escrito. Fué tamMé,1 electo en el capítulo que se celebró por Septiembre de 1642 en De– finidor y Custodio, para el capítulo ge– neral_ que se celebró en Roma el año de 1643. A fiues de 1646 fué nombrado prefect,, de la misión uuestm que salió para la Nigricia, y allí lo prendieron los portugueses, to1rn\ndolo por espía de los españoles y lo condujeron á Lisboa, dón– de se libró de la muerte casi por mila– gro. Vuelto á la Provincia, fué elegid!) en el año de 1649 en Definidor primero y Guadián del convento de Jaén; y CO· mo 111 prudencia y vigilante celo cou Sus cargos en que htóía gobernado los conventos en la 0rd on. que fué prelado le granjearon las esti- maciones comunes de todos los religio- .