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- 325 - el soberano Padre de las luces lo ilustra- se con divinas inspiraciones, para que, su vocación. despreciando lo terreno y caduco, nspí- rase á la posesión de lo inmortal y eter- no. Correspondió pronto á estos auxilios, pues siendo de edad de 19 afios, dando libelo de repudio al mundo, á sus hon- ras y á sus vanidades, resolvió tomar el hábito pobre y humilde de los Capuchi- nos, alistándosfl bajo la bandera de nues- tro S. P. S. Francisco. Ejecutólo °luego sin dilación, pues en el día 6 de Mayo de 1623, le vistió nuestro seráfico sayal en el convento de Granada el V. P. Fr. Lo- renzo de Alicante, Guardián que enton- ce@ era; y quedánd0se con el nombre de Fr. Manuel, sólo conmutó el apellido de Cibo y Salazar, que de sus ilustres pa- dres había heredado, en el de Granada. Y como el cooperar con los auxilios divi- nos sea el medio más oportuno para lle- gar en breve á conseguir progresos ad- mirables en el oamino de la perfección, habiendo sido nuestro Fray Manuel tan obediente á la voz del Señor, cuando amoroso lo llamó al retiro de los claus- tros capuchinos, se deja discurrir cuán- tos serian los favores con que la liberal diestra iría premiando á su fiel siervo sus prontas y rendidas correspondencias. Testigos fueron de lo uno y de lo otro, las virtudes que empezó á practicar des- de que se halló agregado al número de los novicios, po!'que admirados de las .. d . I ·a a N Tl' M i • u llQVlC!B, º· eJemp ar v1 a e tro, ~ r. anue,. ase- · guraban que más parecía hab©r entrado