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- 288 - del Duque e"Kperimentaron los religiosos Picle. ser.nne..:- mucho alivio, porque reeibía á lo~ hués– ro Smfüco. pedes con tantn caridad, que él mismo salía á esperarlos, haciendo que se le lavasen los piés. q ne se les diese.. un refresco, y por último conduciéndolos á un cuarto de su palacio, que estaba dispuesto sólo para hospedaje de los capuchinos; de :merte que como cacifio– sísima madre hallaban en él los capu– chinos fatigados descanso, los enfermos medicinas, y füw.lmente fll'a común ali– vio de todos los religiosos que liegaban áMarchena, eswerándose no sólo el Du– que, sino también la Duquesa y toda la familia en el regalo, servicio y conve– niencia de los hijos de S. Francisco, eiendo esto esmalte de su mayor sobe– ranín, porque esta tiene por 'generoso timbre de su emineute grandeza el ser– vicio y hospedaje de los pobres de .Jesu– cristo. Es propiedarl. del amor crecer con la comunicación y trato de la persona amada, y en el Duque creció el amor para con los capuchinos con la frecuen– cia de su hospedaje. Llevado de este amor determinó tenerlos siempre consi– go, para lo cual dispuso lahrar un con– vento de la orden dentro de su palacio. Comunicó este deseo con los religiosos, los cualer,, conocien,fo lo bien que estaba á la reforma aquella nueva fundación, br~l~~~n~¿~· vini0ron en ella muy gustosos; pasaron vento. á Marcheiw, y habiendo precedido las licencias necesarias tomarnu la pose•