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- 284 - ;,-,.:.s-.:.s-.:.s-.:.s-~.:.s--.s:-.:.s-.:.s.-.:.s.-.:.s.--:s:-.:..__S) sus virtudes fué voz común que obró Hizo procli- Dios por sus méritos maravillosos pro- gios. <ligios; pno como no nos consta indivi– dualmente de ellos, ui hemos hallado de esto testimonio alguno, omitimos tocar esta materia, como también el hablar del espíritu de profeda con que fué co– múil fama que estuvo nuestro Fray Alonso muy adornado. Lleno de merecimientos, aunque no de afíos, pues solo contaba 58, vivía este siervo de Dios eu el convento de Granada, el referido año de 1650, cuan– do se sintió un día muv mal: vino á vi– sitarlo el médico, y al ../er que siu apro– vechar las medicinas amenazaba lo ma - ligno de la fiebre un próximo peligro, 1mmdó que se dis¡.rnsiese para recibir los Santos Sacramtntos. Y aunque es cosa natural que con estas noticias se contur– be el áuirno, en nuestro Fl'. Alonso no produjeron este efecto, porque como ha• bia tantos años que estaba para este lan– ce preve1iido, y se contemplaba clesterrn– do en este valle de lágrimas, al oir que se hallaba ya en estado de que libre su alma de la cárcel del cuei po entrase á gozar las delicias de su suspirs.da patria, lleno de un Eingular gozo ornpezó á 1far– le gracias al Reñor, porque misericor– dioso quería llevárselo ya á descansar. Confesó generalmente sus cul¡;,s.s, y habiendo ido el Señor Sacrmnentado á virúturlG, nntPs de recibirlo, hiw la <les– Enferma. propfa en manos del Prelndo 1 si bien Ius cosasdeque usabaeran muy µocasysen-