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- 171 -- que murió glorificándola con el herois- mo do sus virtudes. Y dada ó hecha esta su memoria. aclaración, seguiremos narrando los tristes acontecimientos del afio 1648. CAPÍ1 1 ULO XXV Ml1eren. algunos religiosos sirvien.c10;:t1 los col(:ricos: visila nuestrc• P. General lél provincia v cor,voca capltulo en. ora nada. a epidemia que se había iniciado en nlgunos pueblos de Andalucía Peste ilel año el afio de 1647, tomó incremento en 1648 · 1648 y empezó á causar alarma en unas cii::dade.s y verdaderos estragos en otras. A medida que tomaba vuelo el contagio en las poblaciones donde tenía- mos conventos, se aprestaban nuestros religiosos para asistir á los coléricos, y morir ccn ellos victimas de la caridad. Por eso foé tan considerable el número de muertos que tuvo la provincia en dicho año y en el siguient(➔: En el convento de Granada fallecie– rnn nada menos que ocho por, el orden que sigu-e: Fué. el primero el P. Fr. An– tonio de Bujalance, el cual en el día 10 de Agosto de 1615, tomó el hábito en el eonvento do Salamanca, y en el si- E t ', . l 161 , ~ , • l . ,s-rngos que gmente { e 6, prc>:Leso eu e rmsmo nos hizo, conveúto, por 'cuya ra½ón no la damos
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