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- 158 - <r:.:S.-.:S.,.:S.,.:S.,.:S.,.:S.,.:S.,;.S:-.:S.,.:S.,.:S.,.:S.,:.J do el ciego el bordón que en su cegue– Golpes que dad le era arrimo, descargó tan horren- recibieron. do golpe sobre el Padre Fr. Andrés, que era el que cogio más inmediato, que lastim'ándolo en gran. manera dió con él en tierra, quedando por algún tiempo privado de sentido, tanto que :rué necesario llevarlo en hombros á donde tenía el hospedaje, y allí estuvo muchos días enfermo, haciéndole más penoso el accidente de su enfermedad la multitud de moras que todo el día acudían á ver los Papases, cuya lasciva desenvoltura los tenía bastantementf' mortificados, porque como impuros ins– trumentos procuraban por todos los me– dios posibles aprisionar entre las cade– nas de la impureza las almas de aque– llos mortificados religiosos. (Id. 449). Después de algunos días fueron lla– mados del Rey y tuvieron con él largas conferencias sobre nuestra Santa Fé Ca– tólica, la doctrina de Jesucristo y los n~andamientos del Decálogo, que siendo explicados por los religiosos, no le des– agradaron al Rey; sólo dijo que no era buen precepto el que prohibe la fornica– ción y manda que se tuviese una sola mujer; mahometano al fin, y como tal, desenfrenado en el torpe vicio de la lu– juria. Despidió por último á los religiosos, y según lo prometido en la entrega de V l • la J)laza, los remitió á Táni;rer v de allí ue ven.. ~ " España. á España, quedando en su poder la Má- inora, plaza que si autes habfa sido de-