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-142 - c;--:;s.,s;,~,s;,~-:.s.--:.s.-~ los cuales recibió con disposiciones tales, su santa que despertó en los circunstantes todos muerte un copioso llanto. Concurrieron á este acto todos los re'.igiosos para lo que dejaron sus lechos, aún los que se ha– llaban más postrados, y habiéndole en• comendado el alma, y dejando á todos edificados, y en cierto modo envidiosos de su dicha, en el día 25 de Junio de aquel año 1645 pasó á gozar, (como piadosamente creemos) la corona que mereció con sus heróicas virtudes (Id. 45) Luego que en esta Provincia se supo su dichosa muerte, no hubo quien no la llorase; porque como casi la mayor par– te de los religiosos, que existían enton– ces, habían sido sus novicios, ó lo habían tenido por Prelado. lo veneraban como á Padre; y creció mucho más la venera– ción en todos, cuando se llegaron des– pués de su muerte á divulgar muchas de sus heróicas virtudes; pues aunque en opinión común todos lo tenían por una copia de N. S. P. S. Francisco, co– mo de,;;pués 4.ue pasó de esta á mejor vida, se publicaron sus austeridades, y otras oculta¡;; virtudes, que muchos con tanta individualidad las ignoraban, fué radicándose y difundiéndose más su fama común de varón justo, la cual el Señor al parecer quiso comprobar con el siguiente caso. Hallábase viviendo en Antequera el P. Fr. Sebastián de Antequera, predi- sentimiento d ( l t· • . , l que causó. ca or que mue 10 iempo v1v10 COll e siervo de Dios y fué su confesor; éste

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