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- 141 - ~-.s.--.s.--.s.--.s.--s.-~~-.s.-~ breves días enfermaron todos, á excep• ción del R. P. Fray Angel, y de nues- sus tareas tro bendito P. Fr. José, los cuales apro- apo~tólicas. ximándose la solemnidad del Corpus Christi, salieron á la Ciudad de Sofío, que era la capital de aquel distrito, para hacer en dicho día la función, como lo ejecutaron con singular gozo espiritual de innumerables negros, que atraídos de la novedad de los PP. misioneros concurrieron á la solemnidad de. aquel día, y á ser instruídos en los verdaderos ritos de la Iglesia Romana, que con anhelo tanto deseaban ver restituidos en sus tierras. Concluida la función,;.se vieron precísadoB los dos PP. á volverse á Pinda para cuidar de sus hermanos enfermos y continuar en a<1uella ciudad sus apoi:tólicas ts.reas. (Id. 44.) En esta ciudad enfermó el P. Angel y se halló el siervo de Dios P. Fr. José sólo, así para asistir á los religiosos en– fermos, como para bautizar y doctrinar aquellas almas; y como el trabajo era tan inmenso, se fué debilitando· y per– diendo fuerzas, pudiéndose decir, que esto no tanto era efecto de la maligni– dad de la calentura que en el cuerpo padecía, cuanto del fuego de la caridad en que su alma se abrasaba, por no po– der e!l un instante aplicar á las pobres almas de los negros 1 destituídos hasta entonces de espirituales alivios, todos los que conocía que necesitaban. Llegó d 1 d f , . Enferma de á agravarse e ta mo o que· ne preciso gravedad, administrarle los Santos Sacramentos,