BCCCAP00000000000000000000607
- 120 - ~~.:.s:-.:.s:-.:.s:-.:.s:-.:.s:-.:.s:-.:.s:-.:.s:-.:.s:-.:.s:-.:......!il servido hasta entonces, empezó á servir- sn noviciado lo con fervores tantos, que era admira– ción de los más adelantados en el cami– no de la virtud y de aquellos 'que con verdad se podían llamar perfectos. Sus peoitencias eran continuas, su compos– tura rara, su mortificación grande y en todo proponía á los ojos que lo miraban la imagen de un verdadero y perfecto Capuchino. El maestro de novicios era un hombre experimentado, virtuoso y prudente, y viendo en nuestro Fray .José los fervores dn su espíritu y que era ya hombre de veinte y cinco años y sacer– dote del Altísimo, procuró que no des mayase en el camin0 comenzado, para que cada día adelantase más. Lo tomó por blanco de los rigores de la discipli– na regular, para que en él aprendiesen los demás; y así eran continuas las aspe– rezas con que le trataba, grandes las penitencias que le imponía y continuos los trabajos en que lo ejercitaba, mos– tránilose á toilo esto nuestro fervoroso novicio contentísimo y alegre. No babia para él más gusto que la mortificación, se deleitaba en la penitencia y así las que le daban las llevaba con tanto consuelo y alegría de su espíritu, que solo estaba gustoso cuando se las imp,mían; si en algunas O(;asiones el Maestro se las qui– taba, él se afligía, porque sospechaba que no veía en él mucha capacidad para ejer- su au st e rid ao. citarlo con penitencias mílyores, y así, sediento de ellas, anhelaba por mortifi– caciones más crecidas. (IJ. 1196).
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz