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-112 - se á su casa algo más tarde de lo regu– Favorece á lar, y aun(¡Ue metió al caballo las es– un devoto su- puelas, no pudo su diligencia librarle yo. de que lo alcanzase la noche en el cami– no. Llegó á la Escaleruela ya de noche, y al tomar una de sus vueltas, se halló repentinamente rodeado de siete desal• mados bandoleros que le detuvieron las riendas dAI caballo y le mandaron se desmontase. Fácilmente se p!rnde discu– rrir cuánto sobresaltaría aquel fracaso al caballero; pero enmedio de su tribula– ción, acordándose de los méritos de su amigo Fray Esteban, empezó en su in– terior á implorar su auxilio. Caso por– tentoso! Apenas hubo implorado los mé– ritos del varón de Dios, cuando sin sa– ber cómo se encontró cerca de su casa, siendo así que le :faltaba por andar una legua de camino; y al Yerse libre de aquel peligro tan milagrosamente, todo Gratitud lleno de extraño júbilo vino por la n-1a- del mismo ñana al convento á darle á Dios las de– bidas gr:1cias y á publicar el milagro qne había obrado Su Majestad con él, por los méritos del siervo de Dios Fray Esteban de Archidona.