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-~ 69 - ~~~,S),S),S),S),,S),S),S),S)~ tinas descalzaa en Sevilla, le dijo que se:ñalase tiempo fijo en que las dichas monJ'as fundasen· v sefialó -res afios isu tostamen- ' .1 · .., · ' to. contados desde el día que las monjas fundadoras (que eran las de ia Encar– nación de Madrid) tuviesen noticia de su muerte. Entonces le dió el Escribano noticia de los Capuch:nos, diciéndole co– mo habían fundado en Sevilla, poco tiempo hacía, y la necesidad c_ue tenían de fabricar Co:.wento; fueron tales sus palabras, que la señora enferma infla– mada en devoción añadió otra cláusula para que viniese tod& la dichi:;. cantidad al Cünvento de los Capuchinos, si las monjas no fundaban dentro de los tres afios sefialados; pero con la condición que los Padres la recibiesen por Patro– na, enterrasen sn cuerpo en la capilla mayor, y se pusiese encima una losa con la inscripción de su nombre. Murió de allí á pocos días la sefiora, y como las Agustinas no fundar:m, qued5 la canti– dad á favor de los Capuchinos, segúu la última clü urnla d6l testamento, cláusula que se cumplió el año de 1632; pero la cobranza se hizo ma~ y tarde, y en ella salió perdiendo nue::tro bue::i amigo el Contador que anticipó la cantidad de los 14,000 ducados y tomó por su cuen– ta la cobranza de 0llos; por todo lo cual nuestro P. Comisario lo nomcró Síndico y Administrador de ~a Comunidad. El LYJ.ismo Escribano, Juan Bautista Juan B. de d L . ' d é d 'ó Luna. e una, muno un afio espu s y eJ al Convento de los Capuchinos trescien-

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