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- 68 - Con la frecuencia de las visitas, ad– quirió familiariJad con el P. Fr. Félix Perez de Ira- de Granada- y conociendo nuestro buen zabal. ' · amigo D. Juan Pérez en dicho Padre ánimo grande• y talento para las obras, le animó mucho á que comenzáse á disponer la fábrica del Convento, sin re– parar en gastos. 'frató¡¡fl en primer lu– gar de cúmprar terreno para huerta, y se ofrecieron mil dificultades, porque las tierras colindantes unas eran de las monjas de San Leanaro, otras de casas de beneficencia, otras de capellanías, otras de 111 Santa Iglesia Catedral; y to– das las dificultades las allanó nuestro buen devoto, tomando á su cargo la pa– ga Hecho esto, dijo un día al P. Fray Félix que enviase por veinte mil ladri– llos, y gran cantidad de cal: quedó ad– mirado el P. Félix, y no lo quería creer, hasta que los tuvo en casa. Con esto se animó el dicho Padre, tiró los cordeles para abrir las zanjas y sacó á peso los cimientos dA toda la Iglesia y nueva ca– sa. (P. Ag. de Gran. libro 2. 0 ) No se contentó el Sr. Contador con traernos copiosas limosnas por sí mis– mo; sino que acreditó nuestra Religión, con todos sus amigos, y la dió á conocer á Juan Bautista de Luna, Escribano pú– blico y muy piadoso. Esto, consultado por D." Inés de Quintanilla, señora viu– da y sin herederos, que deseaba hacer ~-ª In~s de testamento viendo que quería deJ·ar ca Qmntamlla. . ' toce mil ducados. para que de ellos se fundase un Convento de monjas Agus-

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