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... - ......_.,._ ..._.... __ _.._......, ___ ~bl~~~ ~K ~l~* ~!~-#. -;io/f~~- /lf~ ;:: f':"\. .r'/f•'- ,Fl f·' ~- --- _ __._..., 0API'I'ULO VIII Prosigue la f11ndación del Convento de sevilla sí que los nuestros se vieron en su nuew residencia de Sevilla, co- menznron á trazar el plano del futuro se traza el convento y á emprender las obras, con- plano, fiados en la Providencia Divina. Esta se valió para favorecerlos de varias perso- nas principales, entre las cuales es dig- na de espe,Jial mención un c&.ballcro ve- cino de dicha ciudad, aunque natural de Vergara, (Guipúzcoa), llarna,:lo D. Juan Pérez de Trazaba!, que era entonces Contador J\Jayor de las Alcabalas de Se- villa y su partido. Comenzó este piadoso y noble sujeto á visitar y tratar á los Capuchinos irite– resándose por la fandación; y los Reli– giosos, qUE, no lo conocían, pensaban que era simplemente un devoto de nuestra Orden y D') un Caballero ta:::i principal. Hízoles ftrrnar este concepto el porte modesto d:i su persona, porque,. aunque muv decente, no usaba má-3 caballería que una mula, sin más acor:..'lpañamien- b que un criado· y en el aparato de su ~io_nhochoros ? • 1ns1gn0s. casa era d'3 la m1Sma suerte ern;mlgo de toda vana ostentación.

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