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-r 42 - .:S.-'5':-~.:S.-~~.:s.-.:s.-.:s.-.:s.- los nuestros algún tiemp0, pero experi– mentándose muchas incomo<lidades y poca salubrida<l por la vecindad del Río, so labra 01 se determinó labrar el Convento en otra convento ermita muy pequeña dedicada al invic– tísimo mártir San Sebastián, la cual se derribó para fabricar Iglesia competente. Fueron fabriqueros señalados para es– ta obra dos religiosos legos de mucha virtud, prudencia y ejemplo, llamados Fr. Gil de Torregimeno y Fr. Pablo de Ubeda, los cuales pusieron todo cuida– do y vigilancia en que el Convento así en la Iglesia como en las celdas y ofici– nas, saliese hijo de. la santa pobreza. Deseando los religiosos tener alguna person11, que fuese Ríndico, en cuyo po– der entrasen las limosnas, dada para la obra, el mismo Marqués con singular afecto, se ofreció por Síndico, y nombra– do por el P. Comisario, ejercitó este em– pleo con mucho amor, desvelo y pun– tualidad, gloriándose mucho de tener tal ejercicio, y estimándolo tanto, que ofreciéndosele cierta dependencia que le embarazaba la asistencia en Ardales, no quiso dejar la propiedad del Sindicato, ante.; sí, siempre la retuvo y en su au– sencia nombró por interino al licenciado su primer Juan Gómez de Padilla, presbítero, el Sl!ldico cual puso la primera piedra en las zan– jas del Convento, y echó eu ellas algu– nas monedas de plata de aquel tiempo, para que á la posteridad fuesen testigos de la edad en que aquel Santuario se fundaba.

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