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- 40- ~~~~~~.:_;) Hallábase entonces en Sevilla un so• brino del Sr, Arzobispo, llamado D. Pe– dro Andrés de Guzmán, Marqués de Le piden que la Algaba, el cual deseaba con an– funde en Ar- sias tener un Convento de Capuchi– dales nos en su villa de Ardales. Sabiendo, pues, que nuestros PP. se hallaban en aquella capital, solicitó el Marqu\js la fundación con el P. Comisario General Fray Agustín de Granada; pero este re– ligiosfsimo Varon, aconsejándose con los otros PP. la despidió, porque no le pareció por lado alguno conveniente, sino más bien perjudicial para la obser– vancia de nuestro estrechísimo instituto. Sintió mucho el Marqués que los Re– ligiosos le despidiesen la fundación ofre– cida, y aunque le alegaron algunas causas se niega á al parecer razonnbles, y con religioso fundar agradecimiento le estimaron el favor que les hacía, nada fué bastante para quitar– se y desistir de su intento. Trató esta materia con su tío D. Diego de Guzruán, que como se ha dicho, actualmente era Patriarca y Arzobispo de Sevilla, y le pidió, que de ningún modo le diese á los Capuchinos licencia para fundar en Se– villa, hasta que admitiese la fundación de Ardales. Halláronse con esto cortados lor reli– giosos, y tenida conferencia sobre el caso, con el P. Comisario, les parecio conve– niente admitir la fundación de Ardales, Por fin cede d' 1 d S •¡¡ (' y se funda por 1ue no se per iese a e ev1 a. ;011 esto rindiel'on la cerviz á la voluntad del Marqués, porque hicieron concepto, que

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