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- 350- G;~~~S:-~:~S:-,:S-:,(S~~&.~ cía de Baena y de doña Inés de Illescas. su familüi. Siendo de edad de 40 afíos tomó el hAbi– to en Antcquera, vivió santamente y mu– rió como se ha dicho. La pena que el P. Comisario experi– mentó con la pérdida <le éste y de los otros veinte relig'iosos muertos en Mála– ga, .se vió en parte consolada con una carta muy devota que le escribió el seáor Obispo de aquella ciudad, y anda impre– sa en el l!,'pitome historial de las grande– zas de la seráfica 1·eligión ele los menores capuchinos, q'.tie escribió el P. Pr. Andrés de Lisboa, la cual es corno sigue: M. R. P. Bernardino de Granada. Dios N. Señor por su ínfiuita miseri– cordia, se ha ser\'ido de oir las súplicas de V. P. y de sus Santos Religiosos, y a instancias de los hijos de V. P. que en este conflicto se ha llevado para sí, nos ha dado mejoría, pues así en los Hospi– tales como en la ciudad, es menor el nú– mero de los eufermos: pedimos á nues– tro Señor, que no mirando á lo que me– recen.1Ps, continue sus misericordias, pa– ra que descansen y queden acá algunos subditos de V. R. pues tan gloriosamen– te han sacrificado sus vidas, víctimas en– cendidas en el altar de la Caridad, dán– donos á todos mil envidias, viendo la porfía santa cou que lo deseaban á lo que vivo muy agradecido, y toda est9 ciuda<l lo está, bien cierta de que cuan- e t t b . do faltaran todos, hallaría en los Capu- ar a no a 1- l . L M' . l lísima. c 1mos uastantes m1stros para e consuelo de sus almas, y que las guia-