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- 348 - en la precisión de andar siempre en des– N o le dejan poblado, padeciendo hambre, sed y can– entrar Y se vá sancio, sin el meuor ali vio. á Granada. D , d ¡ a, 11 , r h espnes e a gunos ias e~o rnc o P. Comisario al Couvento de Granada á fas once y media de la noche; pero como ya se sabía allí que venía de Málag3, donde la peste hacía tanto estrago, los Religiosos todos sentían que se supiese en la ciudad su venida, por el recelo con que allí se vivía y el daño que podía re– sultar á la comunidad, si por ella entra– ba el contagio en la ciudad. Aumentába– se este cuidado al ver que el P. Fr. Die– go de Málaga que acompañaba al Padre Enfer11:a su Custodio, como secretario, se halló heri– companero. do aquella noche de una recia c:dentura. Viendo, pues, N. V. P cuán justo era el recelo que la Comunidad tenía, apenas tomó un corto rrfrigerio, tuvo por con– veniente el retirarsp, con su compañero á la hacienda ó cisa ll<➔ campo de un devoto nuestro, y después de las doce sa– lió para dicha hacienda. Otro religioso lego que iba acompañando á los dos y escribió toda esta relación, no tuvo la ad– vertencia de expresar el nombre de la heredad, ni el de su duefí.o, por lo que nos es preciso dejarlo también en si– lencio. Retirado pues nuestro venerable pre– lado á dicha casería con su leguito y el P. Fray Diego, éste se fué agravando Se van al cada día más con el cksconsuelo de que campo. no podía, ni socorrerse con medicina tem– poral, recetada por médico, por el peli-

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