BCCCAP00000000000000000000606

CAPITULO LVI De las virtudes clel Padre Fro\J Juan en la r~eligión, v su dicnosa m.uerte, DMITIDO pues, nuestro Fray Juan á la Religión de los Capuchinos, su noviciado. comprobó con l&s obras la verdad de su · vocac:ón, dando á entender cori ellas que sus deseos no habían nacido de iocons– tanda de su eoa:1, sino del fuego del Es– píritu Santo, que los había encendido en su corazón y de aquella voz de Dios que al pas:) que es dulcísima y muy suave, es ,;ambién poderosísima y eficaz para llamar y hacer venir á quien quiere po– ner en el católogo de sus escogidos. Abra– zó pues, nuestrc- fervoroso novicio los ejercicios de la Religión co11 tanto afee - to, :J_Ue se le llenaba el alma de espiritual consueh cada vez que eo ellos se veía ejercitado. Es entre nosotros costumbre el que los maestros ejerciten á los novi– cios, imponiéndoles varios génen>s de mo::'tificaciones, así para probar lo sólido de su espíritu, como parle. ir-los ensefíando á la negación de la propia vduntad y que se habituen á sufrir el rigor de la su buen ejeni– ¡ms:eridad y peniten'cia, que después plo. han de experimentar coda la vida. Veíase

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz