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- 321- c,-,.:.S,-.:.S;-~.:S:-s.S":-.:S:-.:.S.-.:S:-.:S:-.:S:-~ un hDmbre de tanta prudencia, madurez y consejo domo aquel no se habfa de mo- verá una empresa tan difícil con funda- fosi 5t e en.pe• . . . d1r el hábito. mentos leves, DI por hgeros mot:vos, lle- gó á persuadirse que andaba la virtud divina y que aquella era inspiración del Padre de las lumbres, y como tal, verda- dera vocación. Llevado de este dictámen dió noticia de la pretensión de nuestro sacerdote al padre Comisario general, pe- ro este absolutamente le negó la licen- cia, fundado en las razones mismas, en que el padre Guardián se había fundado. Viendo el devoto clérigo, que los Ca– puch:nos le negaban la entrada en la religi5n, que tanto había n¡-,etecido, sin dejarle el menor resquicio pnra Nuevas repul- .ó . sas. su esperanza, pues en su pretens1 n m- fructuosa había gastado tres años, se fué á la Ciudad de Ecija, donde los PP. Ob– servantes celebraban Capítulo, visitó al padre Provincial, pidióle el hábito para la santa Recolección, fné admitida su súplica y se le dió patente para el Con– vento de San Pablo de la Breña. man– dándole al Guardián de aquel 0.)nvento que luego le vistiese el hábito de la re· ligión. Tomó el devoto clérigo su paten· te, volvió con ella á Ardales, para dispo· uer de. su hacienda y cas¡¡; pero no por esto se quietó, antes sí, desosegarlo en to- do, no podía descarnrnr ni apartar de su r\nirno In vocación primera de ser Capu- chino: hacía cuanto lo era posible por Lo pido i, los . d , . Observantes. arroJar e s1 , sto pensamiento, e¡ ue en la cruz de multiplicadas ideas lo tenía