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CAPITULO III Mueren algunos rellglosos •durante lc1 visita Pastoral del Padre Comisario, v terminada esta se ceAe,Dra en Granada el primer capítulo de la Custodia N tanto que el Rvmo. P. Comisario continuaba su visita pastoral por los conventos de Andaluda, la muerte arrebataba á la nueva Custodia tres va– rones insignes, que trocaron la vida te• rrena, por la del cielo. Fué el primero, el V. P. Fr. Sebastián de Yepes, el cual, !i?' d~eb.;:: habiendo profesado primero en la reli– pes. giosísima familia Redentora de RR. Pa– dres Trinitarios Calzados, deseando su fervoroso espíritu profesar vidfl más austera y penitente, hallándose ya orde– nado de Ditícono, obtuvo las precisas licencias, é hizo tránsito á nosotros, don– de después de profeso, resplandeció co– mo antorcha luminosa, no solo en la práctica de virtudes heróicas, sino tam– bién en la inteligencia de las letras hu– manas y divinas, por cuya razón en el capítul0 que se celebró en Madrid el