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- 31G - G",~S-~~.:.S.-~~~~~~~ ~ te, pio, manso y de condición muy afa– ble y benigna, con lo cual se grangeó Sus virtudes las voluntades de todos los religiosos y su muerte. . . ' que lo nnraban como á varón digno de toda reverencia. En sus enfet·medades que fueron muchas, tuvo siempre gran tolerancia y resignación en la voluntad divina, por lo cual, queriendo su Mages– tad darle el premio de sus virtudes, le envió la enfermedad última en Granada y en ella resplandeció como luz que está para apagarse, con más exclareeidos res– plandores de sufrimiento y conformidad; y recibirlos los Sacramentos todos, sien do de edad de 42 afios y 17 de religión, murió en Granada el at'ío de 1634. En este mismo afio fallecieron dos co– ristas, Fr. Eugenio de Priego y Fr. Ju– otros difun· lián de Málaga, el primero en el Conven– tos. to rle Alcalá, donde estaba convalecien– do; y el segundo en el de Málaga, donde estudiaba teologfo; y por último voló al cielo en el Convento de Ecija, otro varón venerable, cuya vida merece capítulo aparte.

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