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- 312 - tre los Capuchinos, como en efecto lo Toma el M,. logró, pues admitiéndolo á la Religi.ón bito. nuestro Muy Reverendo Padre Fray Bemardino de Quintanar, Ministro Pro– vincial que entonces era, lo envió al Con– vento de Alcalá de Henares; y el Reve• rendo Padre Fray Lorenzo de Alicante, que era allí Guardián, en quince de Agosto de 1620 le vistió nuestro seráfico sayal, y quedó agregado al número de los novicios para el coro, con gran consuelo de su e,:,íritu con el nom hre de Fray Francisco de Baeza. Alistado ya bajo la bandera de Nues– tro :Seráfico Padre, se propuso seguir perfectamente á Cristo nuestro ::\1aestro Soberano, y habiéndose negado á sí mismo, tomó la cruz de la mortificación y penitencia, con ánimo resuelto y ge– neroso; y como ya se hallaba en edad de qu0 las esperiencias le habían dado á conocer la nada qne son las más en. cumbradas dignidades, honras y rique– zas de este mundo, para poder hacerse acreedor á las que el Todopoderoso tie– ne prometidas á qnien le sirve fielmente, empezó en su noyiciado á practicar las virtudes de tal modo, que no parecía no– vicio, sino muy aprovechado maestro. Oelebrose Ct1 pítulo por Octubre del mismo año de 1620, y se puso en Ante– quera novicindo, como dejamos dicho en su lugar; y pareciendo á los padres de la provincia que solo el ejemplo de su noviciado. Fray Francisco de Baeza era bastan te para instruir al menos aplicado en la

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