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-- 301 - Con este fallo, que para cualquiern fuera terribilísimo, se co~1for111ó el padre se aespido de Fray Agustín c01i la vol untad de Dios. los religiosos. Volvió á confesarse con gran ternura y lágrimas, recibió los Santos Sacramen· tos del Viático y extrema unción y to- mando en sus manos la venerabj} ima- gen de un santo erucifijc,· le dijo tales cosas con tanto amor, co~ devoción tan- ta y ternísimos afectos de su corazón, que manifestó en aquella última hora, no solo su grande sabiduría, ef.eacia y elocuencia,· sino tambié1; el amor que le tenía á Dios y conforn-.ir1ad ron su vo- luntad santísima. Las úl:imas jaculato- rias del varón de Dios foeron tan espiri- tuales y tiernas, tan atrasadas en el amor ele Dios, y tan llenas de deilor por no haberle servido mncl:o, que todos los religiosos de la familia q·.1e estaban pre- sentes no solo se deshacían en lógrirnas, sino que también clamaban á D:os, casi con levantados gritos, pidiéndole la vida de su Prelado, y sintienco el desr.mparo en que quedaba la Custodia con la falta de u:::i pastor tan santo y tan benigno. Volviéndose, pues, et moribundo siervo de Dios á los religiosos que ya como á difunto padre lo llorabim, les dijo altí- simas cosas del menosprecio del mundo, y sus falsísimas vanidades, del Rmor á las virtudes, del celo tan grande c::ne ha- bían de tener; y por último, habiendo exhortado á los religio:;os al perfecto Ll t d é _ cumplimiento de su obligación, se volvió to:,n ° 0 s á Cristo nuestro bien, cuya crucificada

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