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- 305 - ~-:.s:-~-:.s:-.:.s.-.:.s:.:.s:.:.s:.:.s:.:.s:-:.s:--:.s:-~ ra obsequio del Sacrarr.ento Santísimo y quiso que se estrenase con celebridad solemnísima y que en ella predicase el Padre Fray Agustín. Predicó pues, el Ba;a enfermo · d D" l Ó f "d del púlpito. s1erv0 e ros e senn n re en o, y aca- bado, se sintió con una ardentísima ca- lentura,· que por puntos fué tomando aumento, tanto que, juzgando los médi- cos mortal el accidente, mandaron que recibiese los Santos Sacramentos. Dis. púsose para recibirlos y antes Je hizo á los religiosos una plátiüa, que aunque breve, como la urgencia lo pedía, fué muy docta, fervorosa y llena de sobera- no espíritu. Pidió perdón á· todos los re- ligiosos presentes y ausente.s de las fal- tas que había tenido en su gobierno y dióles gracias por la paciencia con que lo habían sufrido, y por último, les rogó que no le pidiesen á Dios que le alarga- se la vida, sino que se l:.icíera en todo su santísima voluntad. Dicho esto y otras cosaEdevotísimas .. se confesó con gran copia df~ lágrimas y recfoió por viático el Santísimo Sacramonto, y luego se re• cogió en sí mismo, resignándose todo on las manos de Dios, como lJUeu hijo en los hrazos de su <lulcísim:J padre. A to. do esto estubau los religicsos hechos ríos de lágrimas, llorando sin eonsnelo la fal- ta que ya miraban v<•ciua de un prelado tan amoro2O, y por eso de todos tan amado. se dispone á Era á la sazón Guardián del Conveu. morir, to de Granada el insigtP varón Fray Silvestre de Alicante. Est0 así que supo 39