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- 295 -- en el pensamiento y en todo virgen Es- ta virginidad y pureza limpísima de su Su pureza. alma reverberaba y salía á fuera como clarísima luz, porr¡ne su semblante era modestísimo, sus palabras castas, sus ac.:,iones honestas y todo su exterior adornado de una tan angelical pureza, que dnba á entender lo purísimo de su co:.-azón, ein haber quien notase en él ni acción menos modesta, ni la palabra me- nos arreglada. Cuando hablaba con al- guna mujer, daba á entender en lo mo- desto de los ojos, en lo serio de las pala- brns y en lo angélico de su serr b 1 ante, la mucha pureza de su corazón; y aunque en: muy fecundo de palabrns y muy pronto en los conceptos, en aquel lance se le obscurecía:1 los conceptos y enmude- cía en las palabras. Si venían á pedirle algún espiritual consejo, lo daba con pa· labras tan c@cisas y llenas de celestial ex:)licación, que no era necesario volver á 1:ablarle en· aquella materia. Muchas sefioras principales deseaban tratarle y pedirle corniejo para llevar las pesadas cargas del gobierno de sus familias: oía- las con modestia el Venel'able Padre; hacfales una plática espiritual con que las dejaba consoladas. y luego enmude- cía, sin hablar m:-is, porque la candidez de su espíritu no le permitín. proseguir en conversaciones no necesarias, y así luego cortés y religiosamente las despe- día. Por último, ni en tantos afios ile go- biei·no corno tuvo, ni en ümtos viajes co- Su cando,;. mo hizo, ni en tantos negocíos corno tra -