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- 282 - ~.:s:,.:s:,~ so proceder obligaron al pueblo á que compasivo les llevasen de su casa lo que necesitaban para el diario sustento. Función _cre Veneraban (y con J·usta razón) todos desagravio. ' • ' los vecinos de Alcalá á nuestro Muy Re- verendo Padre Comisario como á un án– gel del cielo; y les pareció que sería conveniente, para dar pública satisfac– ción al vulgo del escándalo que había dado r::u súbdito, pre<1icar él un sermón, hac'.iendo V(;-r cuán expuestos vivimos los hombres vestidos de esta fragil carne á cometer muchos yerros, aún los que profesan estado religioso, si Dios no nos sostiene con su poderosa mano. Propuso aquella noche este pensamiento á el Se. fíor Abad, que noticioso de su llegada, fué al punto á verlo. Su Ilma..aprobó el dictámen y retirado á su casa, dió aviso á la Colegial para que tocasen á sermón á la hora acostumbrada. Poca necesidad hubo de este toque; porque apenas el Señor Abad dió la noticia cuando divul– gada la especie en la ciudad, todos se preparaban para ir á oirlo, haciéndose– les siglos las horas que faltaban. Llenóse desde bien temprano la Igle– sia de la Mota, solidtando cada cual ocu– par el mejor sitio sin reparo alguno en Predica en su calidad ni estado. Ocupó á su hora ella. nuestro Muy Rdo. Padre Comisario el púlpito y aquí era preciso un lenguaje como el suyo para historiar este sermón. Luego que vió el auditorio- el peniticnte y religioso aspecto del P. que en el púl– pito se presentaba; y que bañadas sus