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- 26-1 - ~-:s~<s:--s:--s:--s:--s:--s:--s:--s:--s:--s:-~ empezó nuestro joven á vivir una vida an gélica de perfecto Capuchino, esmerán- Sn noviciado. dose en el cumplimiento de suobligación, y adelantándose á los demás novicios. Descubriéronse en él claros indicios de gran talento y de espíritu fervoroso, tanto, que todos se prometieron ver en él un vai·ón aventajadísimo, que sería en ade– lante lustre de la Religión; porque entre las demás virtudes resplandecía en él la santa humildacl, fundamento necesa– rio par, 1a fábrica de la perfección. En los ejercicios de esta virtud se hallaba tan contento, que no había para su espí– ritu diversión más deleitable ni mayor gusto, que los ejercicios humildes, sir– viendo á todos, y procurando que todos le mandasen y ocupasen en empleo tan del agrado de Dios. En especial se ocu– paba en el servido de los enfermos, con los cuáles era tau cariñoso, como lo pue– de ser una amorosísima madre con su hijo; de donde nacía una puntualidad tan grande en servirlos, que casi parecía que les adivinaba los pensarnient(>s, tenién– dose por afortunado y dichoso siempre que les hacía algún especial obsequio. 'La compostura del hombre exterior fué en él espiritualísima, porque, morti– ficando los sentidos, era no solo su mo– destia pat0nte á todos, como aconseja fan Pablo; sino que también como el S 1 t mismo Apóstol dice, era espectácuh ad- u 1110( es 111 • , , imgelical. mnable a los angeles, ú los hombres y al mundo, que veía en él una verdadera imágeu de la pe11ite11cia; conjunto de

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