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-- 241 - cu□plimiento de sus obligaciones. Anda- ba contínuamrmte en presencia de Dios, su profesión. y para recuerdo que le despertase á la cor.tinuaclón de esta presencia divina traía ya en el rosario, ya en la cuerda ó ya en otras cosas de las que usaba, algu- na sefial que le tragesen á la mBmoria la presencia de Dios en ln que siempre de- seaba estar y á quien nunca quería per- der de la vista interior de su alma. Sus ayunos, disciplinas y mortificaciones eran extraordinarias; porque no contentándo· se con las que hacia en comun=dad ó el maestro le imponía por ordinario ejerci- cio. con su licencia hacía otras muchas más,grangeándole su buenacon-lucta tan- tocrédito c:m los Religiosos de la familia, que gu1:,tosísimos le dieron la profesión, y él la reci°Jió con mucho consuelo de su fervoroso espíritu. (Id. 988). Habiendo profesado lo pusiQ3ron á los estudios y en ellos aprovechó mucho, sin entibiarse un punto ni dt1Scuidarse en el aprovechamiento de las virtudes, cor: lo cual ¡;alió virtuoso al mismo tiem– po que sabio. En su persona r0stro y ademanes fué modestísimo, cumpliendo cor: el consejo de S. Pablo que dice debe ser nuestrr. modestia conocida ::le todos. para que así todos la imiten. Sm; palabras fueron siempre muy puras y castas. Fué manso, pio, quieto, agradable y amoro– so, (;OD cuyas prendas se grang9ó las vo- luntades de todos y todos lo amaban, sus estudios apreciaban y querían. En Ja prudencia fué tal, que aunque mozo de pocos afioi'l 31