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- 226 - ~,&~~,&,&,&~~,&~~ é( fueron los Capuchinos á fundar un conoce t,, los Convento de nuestro orden á la Ciudad capuchinos. de Antequera, como dejamos dicho en el libro prirnern de estn historia; y arn1que allí se dijo algo de la conversión de este siervo de Dios, y de la oposición que an– tes de ser Religioso hizo á la fundación, no obstante, aquí la volvemos á tocar, eomo lugar propio suyo. Llegaron pues, los Capuchinos á Antequera, y fueron re– cibidos con general aplauso de toda la Ciudad, y el ayuntamiento les sefialó por sitio ps.ra la fábrica del Convento una ermitn de nnestrn Sefiora de la Cabeza, que estaba en el cerro del Barrizal ó Ba– rrinl, y al sofialar el terreno, tomaron u11 poco del Cortijo del Gayombar; que era posesión y hacienda propia ele D. Juan del Castillo y Pat1illa. Tomada la pose– sión, se buscaron oficiales, y con ellos empezaron á abrir las zanjas para la obra. (Id. 967 .) 'l'oclo esto pasaba en Antequera, es– tando ausente uuestro D. Juan, que á la ,razón se hallaba en Ecija, patria de su consorte. Pasados algunos días, dejó á Ecija, fué á Antequera y hallando á los oficiales trabajan,Jo en la fábrica del Con– vento, y viendo que era tierra propia su– ya donde los cimientos se abría para la obra, no es fácil ele referirse el enojo que ocupó su pecho. Bramaba como leona á se disgusta quien le h,m hurtado los cachorrillos y con ellos. ardía ou cólera, juzgando desaire lo que solo había sido yerro inculpable, ó sim– ple equivocación de los que habían se-