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CAPÍTULO XL. Vid(] d~I vencrcible ITO\J Aguslín de l\ntequera N el convento de Ecija pasaron á mejor vida tres religiosos insignes en el afio de 1633, el primero de los cua– les fué el vener&ble Agustín cuya vida vamos á referir. 1'-" ació este ilustrísimo varón en la Ciu– dad de Antequera, de padres cristianísi– mos de la primera nobleza de toda aque– lla tierra, como lo testifican los blasones de sus arma:;;, muy ricos de hacienda, posesiones y ganados, y muy estimados de todos. Llamose en el siglo D. Juan del 8 bl Castillo y Padilla, apel iidos gloriosos de u no eza. su casa y ascendencia antigua. Criáronle sus padres con todo regalo, y salió el jó- ven galán, cortesano discreto, y muy bien inclina<lo, prendas que le grangea- ron la primera estimación así entre sus iguales, como 0ntre los menores. Por ellas mereció tener por esposa á una se- fiora de la primera nobleza de la ciudad de Ecija, dotada de cuantas prendas ca- ber. eu una sefiota de calidad, y con ella vivía en mucha paz y quietud, logrando los frutos del santo matrimonio (P. Isid. 966.) 1 Corría entonc-3s el año de 1613, y en 29

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