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- 224 - ~.:.s:~.:.s:.:.s:.:.s:.:.s:~.:.s::.J ven así en los afios de la vida como en Sus virtudes, los días <le la Religión tan cuidadoso y solícito en el cumplimiento de la obliga– ción qne aun no había profesado; de donde sacaban por consecuencia que en la Religión sería un varón grande. (Id. 1014) De esta suerte empezó nuestro fervo– roso novicio la carrera de su vida reli– giosa, la cual terminó en breve; cumplió– se en él lo que el Espíritu Santo dijo, es– to es, qri'.3 por serle á Dios muy agrada– ble su alma, determinó sacarlo de los pe– ligros del mundo, no le fuese alguno de tropiezo por donde llegara á perderse. Pa– ra esto y para darle mayor mérito, como premio á sus virtudes, le envió Dios una penosísima eufermer1ad, cuya maligni · dad, tomando mucho aumento en poco tiempo, lo puso en el ultimo trance de la vi– da. Conocieron los Religiosos que se mo– ría, y habiendole administrado los San– tos Sacramentos, le dieron la profesión que se acostumbra dará los novicios que entre no,;otros muere~1. Hízola Fray Fran– cisco muy contento y conforme con la voluntad divina, y h:1.ciend,) muchos ac– tos de fé, esperanza y caridad, entre sus hermanos dió el espíritu á su Criador, joven en la edad, pc·ro 11.nciano en las virtudes, el mismo Hfio de 1633, en el Su santa muer . to. Convento de Sevilla, de donde según probablemente creemos, pasó á gozar el premio, que á los justos tiene Dios pre– venido.