BCCCAP00000000000000000000606

- 222 - ~.:.s..:.s.-:s:-s.-~~-s.~ nir á poblado, para aplicar algún reme– Por qué s1tlió dio á la peligrosa mordedura. Con esta de él. dE·terminaci6n salieron de la sierra y vi– nieron á pasar cerca de un lugar que llaman Puerto Lópe, donde se encontra– ron con dos religiosos Capuchinos, que hacían viaje desde Alcalá la Real á Gra– nada. Pasmáronse los Capuchinos al-ver dos jóvenes de tan poca edad tan amarillos, tan flacos y macilentos, que parecían cadáveres salido.; de algún sepulcro. Preguntáronles quienes eran y qué acci– dentes padecían, y aunque al principio se excusaron, después. obligados de _las E instancias, confesaron todo lo que había ncuéntrase . . con dos capu• pasado por ellos. Ad1111ráronse los reh- chmos. giosos al oir su relación; y compadecidos de sus trabajo¡;:, al paso que edificados de su fervor, se los llevaron consigo á Gra– nada, donrle f □ eron con gusto recibidos de los religiosos, maravillándose todos al ver en dos jóvenes tan pequefios pe– nitencia tanta y ansia tan desmedida de padecer, y dieron gracias á su Mages– tad por haber puesto en edad tan corta ánimos tan gigantes. (Id. 1013.) Muchfl fué la caridad que nuestros Religiosos ejPcutaron con los hallados anacoretas, porque procuraron darles e-1 alivio que tanto necesitaban, asistién– dolos y regalándolos algunos días; en eéi· te tiempo vió don Ba:-tolomé nuestro mo- Pide el hábito.do de vivir, y aficionándose á lo peniten– te y austero del instituto, pidió con mu– cha humildad ser recibido en su gremio.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz