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- 209 - do la Comunidad á este sitio, aunque quedaron arriba algunos, y allá se cura- . han los que cai:-tn enfermos· porque Se tras~ada la . ' . ' Comunidad. aunque parte de la Comumdnd se baJÓ, habit.aron arriba como en hospicio algu- nos, hasta que del todo se acabó el Con- vento. (Id. 130.) Discurriendo el ll"ºªº más proporcio– nado para hacer la nueva fabrica, le pa– reció al Síndico podría ser muy útil el comprar una cant8ra que estaba frente del cerro de las hazas de Serón, y tan inmediata, que solo la separaba del con– vento el camino que sale de la Ciudad para Santa Catalina, porque así se aho– rraban los crecidos gastos que ocasiona el acarreo de los moteriales. Pareció á todos bien dicha idea, y el Síndico trató la venta con D." Juana Godoy y con D. Rodrigo Mancilla su hijo, duefios de dicha cantera, la que en efecto se com– pró. El Síndico entregó á los dichos el dinero en que se ajustó; pero fué esto tan inadvertidamente, que no se hizo es– critura de la venta, ni recibo de la entre– ga del dinero, quedándose todo en un contrato verbal, lo que dió márgen á un pleito, después de haber los dos falleci– do; y entonces se vieron precisados á hacer jurídica información de la reali– dad del caso. Para este efecto en 6 de Septiembre de 1644, pareció el Síndico del Convento jurídicamente ante el Al- calde mayor de esta Ciudad, pidiendo se Se compra 1 d • • l . , •Ó d , unacanterade e a m1t10se n rnformac1 n e testigos piedra. que ofrecía para justificar por cierto que 27

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