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- 200 c,--:~~~~.:.s.-~ arrojó con un golpe de tos el humor que su báculo ha la ahogaba, quedando del todo sana, co– ce prodigios. mo si no hubiera padecido enfermedad alguna. Este prodigio, publicado en el lugar, dió motivo á que llegasen todos á tener en tanto aprecio el báculo del P. Miguel, que como medicina universal se lo aplicaban en todas sus dolencias, y con él experimentaban muchos prodigios. Antes de cerrar este capitulo, quere– mos rectificar algunas equivocaciones que en In vida de este siervo de Dios trae el Apéndice latino á nuestros anales, pág. 642. Allí se dice que el P. Miguel murió el ::lo de Agosto en el convento de Gra– nada, lo cual no puede ser verdad, por– que en dicho convento se celebró capí– tulo el 18 de Octubre de ese afio, y fué ele– gido difinidor y Presidente de la funda– ción de Ecija, como en su lugar queda cousignado; y nu lo iban á elegir para e-;os cargos mes y medio después de muerto. También se dice que el milagro del báculo que dejamos referido aconte– ció en Toledo, ('I'oletum) y no fué en To– ledo, sino en Totalán que es cosa muy distinta. Puestos á rectificar yerro¡¡¡, ad– vertimos aquí que en la vida del Vble., . . Agustín de Antequera, dicP el citado Rect1ficac10- A , d · · ' · X · nas, pen ice, que muno in conventu erien- si, cosa que tampoco es cierta, porque mmió en el convento dE, Ecija, (astigi– tano), y ese Xeriensi parece significar Jerez, donde aún no t6Ilíamos con– vento.

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