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-197 - taba este milagro á todos con ternura de su alma, sino que también hospedósus consecuen muchos afios á los religiosos con todo 0 ias. afecto, devoción y caridad. (Isid.) Siendo Guardián del Convento de Má– laga, cayó enfermo un especialísimo de– voto que teníamos allí llamado Jaco– bo de Molina, flamenco de nadón, y tan cordialísimo bienhe::hor de r.uestra ór– den, que nos favorecía en todo cuantos sus fuerzas alcanzal,:,an. Rupo 91 P. Fray Miguel la enfermedad de su cevoto, fué á visitarlo, y lo hallé tan poseitfo del mor– tal accidente y la ardentísima calentura tan apoderada de tcdo él, qt:e en opi– nión de cuantos le ::tsistía.n e~aba en el último peligro, y próximo a la hora final de la vida. Tomóle c:ll P. Fray Miguel el pulso, reconoció lo peligroso de la calen– tura y agudo de la enfermedaJ, pero to– do confiado en la misericordi:o de Dios y en los poderosos ruegos de nuestro Será– fico P. S. Francisco que de corazón im– ploraba, levantó la ,,oz con mucho impe– rio y le dijo: 'Ien buen ánimo, Jacobo, levántate de esa cama que yo sé que estás bueno, y tú te has figurado que estás malo, Como J acabo conocía la virtud del P. Fray Miguel y lo veneraba por Santo, no quiso dejar de o':)edecerlo, y a::;í, aun– que estaba postrad:í5irno con el acciden– te, y sus fuerzas del todo decaecidas, pi- dió sus vestidos, levantándose con gransana á un mo trabajo de la cama, púsose er. pié; y alribundo, instante se halló del todo bueno . y sano, con vigor, fuerzas y valentía como si

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