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- 195 - pentiname::ite cayó aquel lienzo de la ta- pia al suelo; de cuyas ruinas hubiera si- .. do miseratle despojo el varón de Dios, s l'b •a. d la. á no haberl.o librado la protección de la m~e~t~. 6 Virgen, que quiso por esto medio adver- tirle á él, y á nosotros eusefíarno:¡;, cuan- to es de su agrado que empleemos el tiempo en eosas de su servicio. (Cord. id. 160). No fué esta. sola vez la que el siervo de Dios fu:\ de S. M. fav0recido mila– grosamente. Caminaba en una ocasión e:1 cumplimiento de lo que la obediencia le mandad9., por caminos fragosos é in– habitados de gentes, y como el v.arón de Dios era :an parco en la comida y no llevaba consigo con que reparar sus fuerzas y las de su compafíero, porque siempre caminaba confiado en la provi– dencia Di';'ina; permitió entonces ésta que su siervo :fid sintiese un fuerte des– mayo, porque siendo ya me.día tarde, aún no se habían desayunado. Grande fué el conlflicto y la aflicción que pade– ció uno y Jtro religioso, pero el que es– cucha sien:.pre la oración humilde y con– fiada de los que claman á El necesitados, oyó prontc la oración de su siervo que al yer3e op:imido de necesidad tanta, le– vantó al cielo los ojos, implorando la Di– vina clemencia. Aúu no bien habían acabado de proferir en su interior estos clamores, cuando vieron cerca una casi- Padece ham– ta á la cua~ se encaminaron, Al llegar ábre. la puerta ::;alió una mujer á recibirlos, trayendo e.:.1 un plato unos huevos cocí-

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